TWILIGHTERS ARGENTINA

Hola a todos los fans.. bueno antes que nada GRACIAS por seguirnos a pesar que dejamosde lado el blog.. de verdad no tuvimos tiempo de actualizarlo por eso esta tan abandonado.. pero ya volvimos y volvimos con todoo.. perdon nuevamente y a disfrutar del blog :D, sii queres ser parte del TEAM MEYER ARGENTINA mandanos un mjs al facebook : Rocio Way De Cullen.. tambien necesitamos ayuda con el blog. asiqe te estamos buscando

Disculpen las molestias

TEAM MEYER ARGENTINA STAFF!

sábado, 6 de junio de 2009

La hora del vampiro

La película “Crepúsculo”, basada en las novelas de Stephenie Meyer, fue un éxito y para este año se espera la segunda parte. Pero las historias vampíricas, se remontan hasta los tiempos del cine mudo.1.jpg

Desde que un oscuro escritor irlandés llamado Bram Stoker publicó, hacia fines del siglo XIX, una obra llamada “Drácula”, que rescataba la leyenda de un supuesto noble de Transilvania devenido en una criatura inmortal sedienta de sangre, este personaje se convirtió en uno de los íconos más importantes de la literatura de terror. Si bien los vampiros formaban parte de las creencias y supersticiones de la humanidad desde tiempos inmemoriales, fue la figura de este conde la que los adentró definitivamente en la cultura popular. Hasta el punto que, cuando se estrenó el año pasado el filme “Crepúsculo”, basado en la primera de la exitosa serie de novelas románticas protagonizadas por vampiros de Stephenie Meyer -dirigida a un público adolescente-, el éxito de taquilla fue inmediato y masivo. Y para fines de este año se espera el estreno de “New Moon” (Luna Nueva) la segunda parte de esa secuela, en la que los productores tienen cifradas expectativas.

Pero fue un cineasta alemán quien se encargaría, ya entrado el siglo XX, de trasladar a la pantalla grande la leyenda del vampiro: Friedrich Wilhelm Murnau. Fuertemente influenciado por los recursos narrativos y sobre todo estéticos del impresionismo alemán (caracterizado por la tendencia a acentuar o incluso deformar de la realidad para expresar aquellos sentimientos o valores que se pretende poner de relieve), este realizador eligió la historia de Drácula para realizar su obra.

Sin embargo, por cuestiones legales relacionadas a los derechos de autor, se vio obligado a adaptar la historia y delineó una de las obras maestras del cine mudo: “Nosferatu”. Lejos de la sensualidad y el glamour de las posteriores revisiones, la criatura presentada por Murnau es deforme y monstruosa. Verla hoy, a más de 80 años de su rodaje, es impresionante: pese al tiempo transcurrido, algunas escenas logran estremecer.

Hubo que esperar hasta 1931 para que un retorcido cineasta, Tod Browning, se ponga al frente de una de las primeras adaptaciones “oficiales” de la obra maestra de Stoker. “Drácula” es todavía hoy una obra maestra, no tanto por sus méritos cinematográficos sino por dos aspectos. El primero, porque su gran éxito de público la transformó la pieza clave para un período sumamente prolífico de la productora Universal, que en los años posteriores dejaría su impronta en el género. Y el segundo -fundamental-, porque tuvo como protagonista al inconmensurable Bela Lugosi, quien con su marcado acento húngaro y su intensa mirada, configuró a uno de los rostros más icónicos y representativos del cine de terror.

Lugosi, quien sería durante muchos años uno de los rostros más familiares de las películas de miedo, nunca pudo despegarse de este personaje. Hasta el punto de que -según la leyenda- cuando murió, entrados los 50’ relegado y sumido en la adicción a las drogas, pidió ser enterrado con la misma indumentaria con que había encarnado al conde transilvano.

El vampiro de Lee

Si bien las adaptaciones de Murnau y Browning fueron brillantes, había dos elementos centrales en la mitología del vampiro que no aparecían ante la vista del espectador: la sangre y los colmillos largos y afilados. Tanto el seductor conde encarnado por Lugosi como la horrenda criatura compuesta por Screck mordían muchas yugulares, pero ninguna de ellas sangraba como uno esperaría, posiblemente por la rígida censura de la época.

Fue necesario esperar hasta bien entrados los 50’ para que el director Terence Fisher se ocupe del asunto con una nueva revisión (esta vez a todo color) de la novela de Stoker, trayendo el aire fresco que demandaba el género. El estudio encargado de producir este filme -del año 1958-, no fue ya Universal, sino Hammer, que durante la próxima década dejaría su huella.

Gran parte del mérito del “Drácula” de Fisher, fue el monumental duelo interpretativo protagonizado por Christopher Lee (el vampiro) y Peter Cushing (en el papel del implacable Dr. Van Helsing). El primero, gracias a su contextura física y su nariz afilada, logró moldear una criatura letal, con ojos encendidos que verdaderamente asustan. Y su contrincante compuso de manera singular y con gran aplomo al frío cazador de vampiros. El enfrentamiento final, en el propio castillo de Drácula, es verdaderamente emocionante, y la energía con que dota Lee a los estertores finales del vampiro, es inimitable. Tanto éxito tuvo este film, que poco tiempo después el mismo director concretaría una secuela llamada “Drácula, príncipe de las tinieblas”.

La mirada de Polanski

Tras la versión de Fisher, a lo largo de los 60’, Christopher Lee (a quien vimos en los últimos años en “El señor de los anillos”, “Charlie y la fábrica de chocolate” y “La guerra de las galaxias”) repitió a su personaje más famoso en un puñado de secuelas que nunca alcanzó la calidad aquella versión primigenia del gran Terence Fisher, durante una década el principal artífice de cine de terror desde la Hammer. En esa línea, se inscriben “Drácula vuelve de la tumba” (Dracula Has Risen from the Grave, 1968, Freddie Francis), “Las cicatrices de Drácula” (Scars of Dracula, 1970, Roy Ward Baker), “El poder la sangre de Drácula” (1970, Peter Sasdy), “Dracula A.D. 1972” (1972, Alan Gibson).

De esa misma época, más concretamente de 1968, data una de las obras maestras de Roman Polanski: “El baile de los vampiros”, una rara pero genial parodia de los filmes dedicados al tema, pero que a la vez tiene numerosos tintes de homenaje. A lo largo de todo el film, el director que luego firmaría obras maestras como “Barrio chino” y “El pianista”, se divierte tomando los códigos estéticos propios del terror gótico para convertirlos en gags memorables, dónde el tono paródico roza el puro homenaje. Este recomendable filme está protagonizado por Jack MacGowran, Sharon Tate, Alfie Bass y Ferdy Mayne y el genial guión esta rubricado por el propio Polanski junto a Gerard Brach.

Drácula según Coppola

Si bien existe una adaptación de 1979, que cuenta con la dirección de John Badham y con una buena interpretación de Frank Langella como el conde transilvano y con el prestigio de Laurence Olivier, la próxima gran versión de Drácula estuvo a cargo de un cineasta con todas las letras: nada menos que Francis Ford Coppola, quien incorporó un halo de tragedia romántica a la historia, como ningún director había hecho antes. De hecho, el guión de James V. Hart, si bien es fiel a la obra original de Stoker, incorpora una historia de amor que, moldeada por el director de “El padrino”, alcanza a emocionar. En esta gran película, Gary Oldman interpreta al perturbado vampiro de los Cárpatos, y lo flanquea un amplio grupo de estrellas, con Winona Ryder como Mina Harker, el interés romántico de Drácula y un inspiradísimo Anthony Hopkins como el doctor Van Helsing, enemigo acérrimo del conde. El gran trabajo de caracterización logrado en las facciones de Gary Oldman, hicieron al film acreedor de un Oscar al mejor maquillaje.

Un aura parecida es la de “Entrevista con el vampiro”, dirigida por Neil Jordan en 1994, sobre la popular novela de Anne Rice. Tom Cruise y Brad Pitt encabezan el elenco de este gran film de los 90, una magnífica mirada del mito vampírico, llena de tristes tópicos y con un inmejorable reparto. Si bien en su momento no fue bien recibida, a quince años de su estreno puede decirse que se convirtió en una obra de culto. Y esta revisión romántica, encuentra hoy su prolongación en las novelas de Stephenie Meyer y por extensión en las películas basadas en su obra.

0 comentarios: